En tiempos modernos, en los que los videojuegos forman parte de la vida cotidiana de muchos de nosotros, e incluso de nuestros hijos, y que el deporte ha quedado en un segundo plan, los especialistas de la Universidad de Chester, en el Reino Unido, han realizado un estudio en el que especifican las razones por las cuales los videojuegos interactivos no pueden, de ningún modo, reemplazar la actividad física tradicional.
Es decir, que incluso aquellos juegos de Internet o de diferentes consolas, que suponen que bailemos, cantemos, o saltemos en el lugar, no estarán satisfaciendo nuestras necesidades básicas de actividad física, aunque sí pueden obligar a los adolescentes a levantarse de la cama, y en líneas generales, son “más saludables”, que los tradicionales.
En este sentido, si bien es cierto que los chicos que se divierten con videojuegos interactivos tienen un mayor gasto de energía, aumentan su tasa cardiovascular y utilizan más oxígeno, se pudo comprobar que la cantidad de gastos de calorías era sustancialmente menor a la de aquellos pequeños que realizan diferentes deportes o actividades físicas.
Estas conclusiones, que se pueden apreciar en la revista “Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine”, donde se encuentra el estudio desarrollado por el especialista Stephen Smallwood, surgen luego del trabajo junto a 18 adolescentes voluntarios, de 11 a 15 años, quienes fueron expuestos en principio a trabajos aeróbicos en un campo de entrenamiento, y luego al mando de estas consolas de videojuegos interactivos.
Concretamente, para este análisis, se detalla que fueron utilizados dos de los videojuegos interactivos más comercializados, como lo son el Dance Central y Kinect Sports: Boxing, los cuales ni siquiera en los registros más altos de gastos de energía podían llegar a acercarse a los parámetros del ejercicio físico tradicional, de modo que la lucha de los expertos por recomendar el deporte a los más pequeños se mantiene en pie.