Aunque la actividad física en sí misma es catalogada como buena para el cuerpo del ser humano, lo cierto es que no todas las actividades son lo mismo, motivo por el cual conviene siempre saber diferenciarlas bien antes de comenzar la práctica de cualquiera de ellas, de modo que a continuación vamos a analizar algunas cuestiones que permiten conceptuarlas con mayor facilidad.
Por ejemplo, debemos saber que los tipos principales de actividad física son la actividad aeróbica, las actividades para el fortalecimiento de los músculos, las actividades para el fortalecimiento de los huesos y los estiramientos. Los especialistas suelen recomendar, de realizar sólo una de ellas, que nos decantemos por la aeróbica, ya que es la que más beneficia al corazón y los pulmones, probado esto científicamente.
Luego, aunque tengamos una vaga idea acerca de las actividades aeróbicas, debemos decirte que incluso algunas que no sean deportes funcionan de este modo, como por ejemplo el sólo hecho de realizar labores de jardinería que aumenten la frecuencia cardíaca, o caminar para realizar las compras en lugar de usar el auto. Luego hay otras más determinadas, como los deportes, las danzas, o similares.
En cuanto a las demás, podemos destacar que las actividades de fortalecimiento muscular mejoran la fuerza, la potencia y la resistencia de los músculos. Algunas de ellas son el hacer flexiones de brazos en el suelo, hacer abdominales, levantar pesas, o simplemente subir escaleras. Para fortalecer los huesos, en cambio, recomendamos correr, caminar, saltar la cuerda, etc.
Finalmente, en el caso de la realización de cualquiera de los anteriores, no podemos dejar de recomendar una complementación con los estiramientos, que mejoran la flexibilidad y la capacidad de mover completamente las articulaciones. Entre ellos, por ejemplo, aconsejamos tocarse los dedos de los pies, hacer estiramientos laterales y hacer ejercicios de yoga, todos los cuales nos permiten mejorar nuestra relación con el organismo.