Estamos en época de cambios de temperatura y éstos suelen jugar malas pasadas. Al ejercitarnos sometemos nuestro cuerpo a cargas físicas, y pese a que es sabido que el deportista tiene un mejor sistema inmunológico, este sometimiento nos expone a caer enfermos. El famoso resfriado, que tarde o temprano nos afecta a todos en invierno, y nos creemos que no podemos hacer nada, que no sea quedarnos en casa con la mantita puesta, pues veremos que no, que no hay excusas para entrenar.
Lo cierto es que si se entrena a con una gran carga física, el sistema inmunológico desciende en sus defensas, y la recuperación se hace más larga. Por eso es imprescindible saber las dolencias que tenemos, y hacer caso a algunas de las recomendaciones que aquí os ponemos:
Hidrátate Bien: El agua ayudará a diluir las secreciones bronquiales y de esa manera disminuirá las molestias.
No dejes de entrenar: Si presentas tos lo mejor es no correr, pero eso no quiere decir que no puedas hacer sesiones de estiramimientos, trabajo en el gimnasio o ejercicios excéntricos.
Cuida la temperatura corporal: Ten en cuenta que la sensación térmica cuando corres aumenta en unos 10 grados. Vigila cuando acabes de entrenar que tu cuerpo no se descompense en exceso en cuanto a la temperatura. Vigila si acabas tus entrenamientos por la noche, cuando más resfresca.
La Regla del cuello: El Dr. Nieman según un estudio que llevó a cabom plantea esta regla de la siguiente forma:
· SÍ PUEDO REALIZAR EJERCICIO si las molestias son sobre el cuello; es decir, congestión nasal, estornudos, etc.
· NO PUEDO REALIZAR EJERCICIO si las molestias son bajo el cuello, es decir, dolor de garganta, tos, dificultad para respirar, etc.
Por lo tanto no os neguéis a entrenar siempre que estéis resfriados, eso si, tomar precauciones, y ser conscientes de las limitaciones que os supone.