En un contexto de creciente estrés, ansiedad y fatiga crónica, una técnica ancestral vuelve al primer plano como aliada del bienestar físico y mental: la respiración diafragmática. La Dra. Marta de la Plaza San Frutos, responsable del Área de Rehabilitación Respiratoria de la Universidad Europea, destaca que esta forma de respiración profunda y pausada “reduce el estrés, mejora la concentración y favorece la recuperación muscular”, además de aportar una mayor oxigenación al organismo.
Lejos de ser una moda pasajera, esta técnica está respaldada por estudios clínicos y cada vez más integrada en terapias psicológicas, rehabilitación pulmonar y entrenamiento deportivo. La respiración diafragmática, también conocida como abdominal, implica dirigir el aire hacia la parte baja de los pulmones, expandiendo el abdomen, en lugar del pecho. Esto activa el nervio vago, clave del sistema nervioso parasimpático, el cual regula la relajación y la recuperación del cuerpo.
“A diferencia de la respiración torácica, más superficial y asociada al estrés, la diafragmática modula el sistema nervioso, generando una sensación de calma y control”, explica la doctora.
Aplicaciones terapéuticas y deportivas
Los beneficios van más allá del simple bienestar. Esta técnica se utiliza en el tratamiento de enfermedades como hipertensión, asma, fatiga crónica o dolor persistente, y es una herramienta habitual en la terapia cognitivo-conductual. En el ámbito deportivo, la respiración diafragmática optimiza la oxigenación muscular, retrasa la fatiga y contribuye a la concentración, especialmente en disciplinas que exigen alta precisión.
“Incorporarla en la rutina diaria es sencillo y efectivo. Solo se necesitan unos minutos al día para notar sus efectos. Incluso en situaciones cotidianas como el tráfico o una espera, es posible practicarla”, indica De la Plaza.
Precauciones y acompañamiento profesional
Aunque es segura para la mayoría de las personas, la doctora recomienda contar con la supervisión de un fisioterapeuta respiratorio en casos de patologías graves. La correcta ejecución de la técnica, especialmente en personas con enfermedades pulmonares, es clave para que resulte beneficiosa.
En palabras de la experta, “la respiración diafragmática es una herramienta simple y poderosa que todos deberíamos conocer y practicar. Nos permite reconectar con nuestro cuerpo, reducir la ansiedad y mejorar el rendimiento físico y cognitivo”.
Una invitación, por tanto, a parar, respirar y cuidar nuestra salud desde lo más esencial: el acto de respirar.