Una de las primeras preguntas que se puede hacer una persona que se encuentra entrenando, ya sea de modo aeróbico o anaeróbico, es qué sucede con nuestro organismo cuando superamos las pulsaciones que son recomendables, es decir, dónde se encuentra el límite que determina hasta donde le hacemos bien a nuestro cuerpo, y cuándo comenzamos a ponerlo en riesgo.
La cuestión es que el sobrepasar las pulsaciones es un hecho que pocas veces es hablado en términos de especialistas, sobre todo considerando la enorme cantidad de riesgos y daños que pueden ir desde trastornos leves físicos y/o psicológicos hasta la muerte súbita, que si bien se da en un porcentaje bajísimo de los casos, no debería suceder nunca.
Lo primero que debes considerar al respecto, es que cuando sobrepasas las pulsaciones que se recomiendan, se produce una situación de estrés para el cuerpo, de modo que comenzamos a utilizar los nutrientes en ausencia de oxígeno, lo que puede provocar algunos inconvenientes realmente graves, que deberemos evitar siempre que podamos.
Entre estas complicaciones, de hecho, se encuentran especialmente algunas como por ejemplo la imposibilidad de mantener el sobre-esfuerzo en el tiempo por más de un minuto, además de una acumulación anormal de ácido láctico, lo que deriva en cuadros de fatiga e incapacidad para forzar el cuerpo, y sin dejar de mencionar tampoco, una utilización de los depósitos de glucosa que no deberían tocarse.
Por todos estos motivos, es que te recomendamos que siempre hables del tema con tu entrenador personal, y en cualquier caso, una buena solución puede ser salir a correr o ir al gimnasio con el pulsómetro de muñeca, que pueden ser conseguidos en cualquier casa deportiva, y no son demasiado caros, de modo que siempre sepas dónde están tus límites, y entonces no juegues con tu vida.