Los pescados y los frutos de mar aportan nutrientes y vitaminas como hierro, selenio, zinc, fósforo, proteínas y ácidos grasos esenciales.
Los ácidos grasos omega-3 actúan aumentando las defensas, disminuyendo los procesos inflamatorios y reduciendo los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, protegiendo de esta manera contra las enfermedades cardio y cerebrovasculares.
No es necesario consumir grandes cantidades de este alimento. Una porción mediana, una vez a la semana, es suficiente.
Los pescados deben consumirse fresco y cocinados al horno, a la parrilla, a la plancha o al vapor. Para incrementar la saciedad puede acompañarlo con otros alimentos como vegetales, arroz o legumbres. En caso de tener algún incoveniente para conseguir pescado fresco, puede consumir el mismo alimento enlatado, preferentemente al natural.
Imagen: Nutricion.pro