Si hasta ahora sabíamos que el ejercicio físico es fundamental para mantenernos sanos y durante mucho tiempo, recientes estudios hacen hincapié en la importancia que reviste para el ser humano el consumo de Omega 3, siempre asociado a los pescados, ya que permite retrasar algunos de los signos más comunes de envejecimiento que comienzan a aparecer pasados los 45 años en la mayoría de las personas.
Concretamente, estamos hablando de una investigación de la Universidad de Aberdeen, en Escocia, el cual explica que estos ácidos grasos propios del pescado, se han mostrado como “beneficiosos para mantener a raya la presión arterial o el colesterol”, y de hecho, que si ellos se unen de forma constante, junto a un poco de deporte, los beneficios para nuestro cuerpo pueden ser realmente interminables.
Por ejemplo, si consideramos que el estudio estuvo basado fundamentalmente en los casos de mujeres de 65 años o más, un grupo de las cuales consumió grandes cantidades de Omega 3, podemos decir que ellas podían conseguir casi el doble de masa muscular tras la práctica de ejercicio en comparación con quienes tomaron aceite de oliva, que si bien es un alimento muy recomendable, no aporta los mismos beneficios.
De hecho, el estudio tiende a demostrar, en líneas generales, como una dieta baja en proteínas y el sedentarismo favorecen la pérdida muscular, y si agregamos a eso que por el proceso natural de envejecimiento que se produce en el organismo, la masa muscular se reduce entre un 0,5 y un 2% cada año, en el efecto denominado “sarcopenia”, no estamos ante un detalle menor.
Incluso, los especialistas sostienen que el índice de pérdida de masa muscular está determinado, hasta cierto punto, por el estilo de vida, y por eso la necesidad de consumir pescado al menos tres veces a la semana, y realizar una rutina de entrenamiento, que nos permita afrontar los últimos años de vida con una calidad mucho mayor.