Como sucede con la mayoría de cosas de la vida, la actividad física tiene sus propios mitos que la rodean, y en este sentido, es interesante analizar detenidamente cuáles de ellos realmente son ciertos, y cuales no son más que eso. Por caso, muchos consideran que a mayor cantidad de abdominales, más disminuiremos nuestra cintura, y la verdad es que para nada es así, ya que sólo conseguiremos definirlos más, pero para achicar la cintura, se necesita ejercicio aeróbico.
Otro mito muy común es el de entrenar sin haber comido para quemar más grasa acumulada, cuando la verdad es que la grasa que está acumulada necesita de un consumo adecuado de azúcares para poder ser quemada, además de que no se abuse en el ritmo de entrenamiento. Incluso, acerca del dolor cuando entrenamos en el gimnasio, sólo es normal cuando cambiamos o iniciamos la rutina, la primera semana, luego sólo significa que no estamos entrenando bien.
Una persona muy ocupada no necesita realizar ejercicios es otro de los mitos que solemos escuchar. Sin embargo, la realidad es que estar muy ocupado no significa, necesariamente, estar físicamente activo. De hecho, los especialistas siempre recomiendan, como mínimo, unos treinta minutos de ejercicio físico la mayoría de los días de la semana, descansando los fines de semana, o por el contrario, aprovechándolos si tenemos más tiempo libre.
Otro mito dice también que se puede disminuir de peso por medio de la transpiración, pero la verdad es que esto sólo puede ser útil por un pequeño espacio de tiempo. Por ejemplo, si tu transpiración proviene de sentarte en el sauna a esperar que tu cuerpo la elimine, sólo estarás perdiendo agua, y nunca grasa.
Finalmente, existe una corriente de pensamiento según la cual sólo el consumo de proteínas ayudará a aumentar la masa muscular. Sin embargo, en realidad necesitamos de mucha cantidad de azúcar, acompañado de las proteínas para aumentar la masa muscular. Si sólo obtenemos una de las dos, corremos el riesgo de que se vuelvan grasa luego de un tiempo.