Al llegar el invierno, enfermedades como los resfriados o la gripe, son bastante comunes, para ello, la alimentación, es básica si queremos ahuyentarlas.
La vitamina A es un gran antioxidante, está vitamina se encuentra en alimentos como el hígado, mantequilla y derivados de los animales.
Ajos, cebollas y legumbres ayudan al sistema inmunitario a combatir las enfermedades o empeorarlas. Estos alimentos, se pueden consumir directa o indirectamente.
Si nuestra dieta es poco abundante, evitaremos que los recursos del organismo, se concentren solamente en la digestión. Hemos de procurar una alimentación más ligera, es decir, con mayor cantidad de frutas, verduras, etc.
Las proteínas, calcio y el hierro que contiene la leche, aumentan las defensas, por ello, es un buen alimento mientras se sufre esta enfermedad.
La popular vitamina C para estos casos, no elimina la enfermedad, pero lucha directamente contra los síntomas, reduciendo su duración. Naranjas, limones, pomelos, mandarinas…, es decir, las cítricas, son las más ricas en esta vitamina.
Las bebidas calientes, ayudan a disminuir la tos y abrir las mucosas nasales.
Las aspirinas, no son recomendables, pues contienen propiedades que afectan directamente en la salud, sobre todo en los niños. Si necesitas tomar medicinas, siempre acude a un especialista.
No olvides utilizar pañuelos desechables para evitar el contagio a los demás, pues la gripe se contagia por esas pequeñas gotitas que expulsamos al toser y estornudar, cúbrete la nariz y la boca cuando lo vayas a hacer y siempre con esta clase de pañuelos.
Evita estar en contacto con las personas que tengan la enfermedad, y si es todo lo contrario, es decir, que eres tú el que la padece, mejor quedarse en casa.
Fuente: alimentación sana