Aunque en ocasiones anteriores hemos hablado acerca del ciclismo, y también sobre los muchos beneficios que tiene el deporte,y algunas de sus variantes particulares, como el running, nunca lo habíamos hecho en torno a los aspectos positivos que el andar en bicicleta representa para las personas de todas las edades y sexo, y que le convierten en uno de los ejercicios físicos más recomendados para el gran público.
En este caso, lo primero que se debe resaltar es que se trata de una actividad física de las de tipo aeróbico, y más precisamente de resistencia, dado que se encarga de poner en movimiento, de forma directa, el sistema cardiocirculatorio, el respiratorio y numerosas zonas musculares, entre otros elementos, y que básicamente aporta los mismos beneficios que otros deportes semejantes.
Entre ellos, por ejemplo, se pueden destacar algunos como por ejemplo la mejoría general a nivel respiratorio de la persona, ya que beneficia el intercambio de oxígeno, de la misma forma que revitaliza la eficiencia cardíaca, bombeando más sangre el corazón en cada latido, y también tiene un impacto destacable sobre los músculos, especialmente los de las piernas, ejercitándolos.
Pero como sucede también con otras prácticas deportivas, el ciclismo tiene sus propias precauciones que debemos tener en cuenta, las cuales están basadas, por ejemplo, en la posición incorrecta del sillín donde nos sentamos en primera instancia, y luego de la columna una vez que nos encontramos arriba del vehículo, motivo por el cual conviene siempre consultar a un experto en la materia en estos casos antes de comprar una bicicleta.
Luego, para evitar enfermedades causadas por enfriamiento, la indumentaria debe ser adecuada al clima, y tiene que tener condiciones invariable, como permitir que el sudor salga por los poros, y proteger del viento. En algunos casos particulares, también se recomienda la utilización de gafas protectoras, guantes, y cascos, entre otros añadidos.