Las hortalizas son sanas, sabrosas y muy aconsejables para un vida sana.
Ajos, cebollas, puerros y zanahorias son indiscutibles alimentos en una dieta variada.
El ajo tiene numerosas propiedades, incluso es terapéutico y recomendable para la artritis y la artrosis ya que es un antiinflamatorio natural. Este facilita la circulación y se puede tomar crudo y en ayunas por su aporte en azufre. En la dieta mediterránea ha ocupado siempre un lugar muy especial. Sus virtudes medicinales fueron descubiertas por Louis Pasteur a finales del s. XIX.
La cebolla es ideal para la circulación. Tiene pocas calorías, mucha agua, minerales y vitaminas sobre todo B. Puede consumirse cruda. Disminuye el nivel de azúcar y combate el estreñimiento por su riqueza en fibra, además de ser diurética y facilitar así el funcionamiento de los riñones. Hace que las arterias estén más elásticas gracias a sus minerales y también se recomienda para curar resfriados y gripes, ya que combate los gérmenes.
El puerro es antioxidante, depurativo, diurético, vigorizante y antiséptico. Tiene muy pocas calorías ya que el 94% de su composición es agua. Actúa como depurador de la sangre, reduce la retención de líquidos, combate la anemia y los temas de bronquios y hemorragias nasales.
La zanahoria aporta almidón. Es totalmente digestiva y se aconseja para los estómagos delicados. Su gran alto aporte de vitamina A es aconsejable para la piel y la vista. También puede comerse cruda pero pelada. Se recomienda para las mentes cansadas, convirtiéndose así en un buen alimento para la época de los exámenes de los estudiantes.
Fuente: consumer