Conocida como liposucción o lipoaspiración, se trata de una técnica creada hace unos 20 años en Francia que consiste en aspirar células grasas con cánulas finitas.
Se realiza un pequeño orificio en la zona a tratar, por donde se introduce, previa anestesia local, una cánula muy fina conectada a una bomba de aspiración negativa. Con estos instrumentos el cirujano va absorbiendo fragmentos desgranados del tejido celular graso.
Para áreas más pequeñas, como papada o mejillas, se usan unas jeringas que hacen presión negativa.
En general, hoy se combina dos técnicas, la liposucción con la liposucción ultrasónica. Esta última utiliza una cánula que tiene en la punta un elemento que por ultrasonido destruye los glóbulos grasos, la grasa se licua y se lipoaspira posteriormente. Este método es aconsejable para la ginecomastia en los hombres, cintura, o cara interna de los muslos.