La lengua puede reflejar tu estado de salud… así que prepárate y ve frente a un espejo. Sácala y observala.
Si tenés una lengua sonrosada, estás en muy buen estado.
Una lengua roja puede ser síntoma de algún tipo de infección, de la misma manera que una lengua con una ligera capa blanca, es sinónimo de alteraciones digestivas o incluso de un mal hábito alimenticio como el exceso de grasas, por ejemplo.
En casos de fiebre alta, la lengua puede estar reseca y rojiza en su punta. Pequeñas úlceras e incluso lesiones más importantes, conocidas como aftas, pueden aparecer en infecciones virales, micóticas y en situaciones de estrés.
Si las papilas están muy desarrolladas, puede significar la manifestación de carencias vitamínicas. Y si tu lengua está lisa puede ser que te falte hierro y tengas algún tipo de anemia que podrá determinar un médico haciendo los análisis de sangre correspondientes.