La fibra alimentaria está formada por partes comestibles de plantas que nuestro intestino delgado es incapaz de digerir o absorber para que lleguen intactas al intestino grueso. Entre ellas se encuentran:
- Polisacáridos: distintos tipos de almidón, como por ejemplo, la celulosa, la hemicelulosa, gomas y pectinas.
- Oligosacáridos: insulina, lignina y sustancias vegetales asociadas como la cera.
La fibra alimentaria comprende un tipo de almidón conocido como almidón resistente, presente en las legumbres, semillas y granos parcialmente molidos y en los cereales que se utilizan en el desayuno, que resisten a la digestión del intestino delgado y llega al intestino grueso, sin modificaciones.