El estrés es actualmente uno de los mayores causantes primero de la mala calidad de vida, y segundo de distintas enfermedades, así que mientras podamos evitarlo en nuestros día a día, no estaremos haciendo un gran favor. Incluso, la solución para este problema no es tan complicada como parece, ya que manteniendo una alimentación balanceada, podemos hacer un trabajo increíble en este sentido.
Lo primero que debes considerar, en cualquier caso, es que existen algunos tipos de alimentos que pueden aumentar el estrés, y son los que debemos apostar por quitar de nuestras vistas y bocas cuanto antes. En su caso, se trata de algunos como por ejemplo edulcorantes artificiales, gaseosas, azúcar blanca, productos elaborados con harinas refinadas, la cafeína, carnes rojas y el alcohol.
De hecho, si bien los especialistas nutricionales se han encargado en los últimos tiempos de repetir que el estrés no está ligado directamente a la alimentación y que sus orígenes son diversos, sí es cierto que comiendo aquellas comidas que el estrés nos “invita” a comer, tenemos muchas menos posibilidades de superar esta problemática, y por eso debemos apostar por buscar otras alternativas.
Entre las claves o tips que podemos darle a la mayoría de las personas para que obtengas buenos resultados en este sentido, además, se encuentran algunos como intentar aumentar la frecuencia de consumo de pescado, y en caso de que no sea demasiado de nuestro agrado, apostar por las carnes blancas, dejando para sólo una vez por semana las carnes rojas.
Por otro lado, existen también los alimentos que funcionan asegurando la presencia del estrés, y aumentando la intensidad con la que lo percibimos, como por ejemplo los edulcorantes artificiales, conservantes y aditivos, bebidas carbonadas como las gaseosas, y otros, que además deberíamos dejar porque son perjudiciales para nuestro organismo, así que puedes ayudar a tu cuerpo y tu mente de la misma forma.