La alimentación alcalina es uno de los tipos de dieta que más adeptos ha ganado en los últimos tiempos, y por este motivo vamos a repasar algunos de sus elementos más interesantes, más allá de que se trata de un tipo de ingesta de alimentos que es conocida desde hace más de 100 años, y que cuenta con adeptos en todas partes del mundo.
En concreto, la idea de este tipo de alimentación, se encuentra directamente relacionada con la necesidad de que podamos utilizar los alimentos que consumimos para alcalinizar ligeramente el ph de nuestro cuerpo, lo cual se supone que mejora directamente nuestra salud, de modos concretos, como por ejemplo previniendo nuestras enfermedades, o también eliminando las toxinas que podemos llegar a sufrir.
Luego, en lo que respecta a la dieta alcalina en sí, no podemos dejar de señalar que se trata de un tipo de alimentación que indica que ciertos alimentos pueden acidificar nuestro medio interno, siendo éstos los que provocan, posteriormente, la aparición de enfermedades como por ejemplo el cáncer, la osteoporosis, el estreñimiento o la obesidad. Por este motivo, se intenta mantener su nivel en alrededor de 7, que es el que la sangre mantiene de forma original.
De este modo, la dieta alcalina se encuentra especialmente basada en la ingesta de todo tipo de frutas y verduras, excepto batata, espinaca cocida, pepinillos o pickles, arándanos y zumos comerciales, ya que si bien otros tipos de alimentaciones indicadas por especialistas los recomiendan, contribuyen demasiado al aumento del ph.
Además, se considerando algunas fuentes de hidratos de carbono que no podemos dejar de tener en cuenta, como por ejemplo escogen la quinoa, el maíz, el trigo crudo, el amaranto y las lentejas, aunque se desaconseja comer otros, bien incluidos por muchísimas dietas en todo el mundo, como el arroz, la avena o las pastas.