La vida sin algo de riesgo se nos puede quedar sosa. Y con demasiado, te la estarás jugando. La escalada es uno de esos caminos intermedios que te permitirá vivir sensaciones llenas de adrenalina.
Existen distintos tipos de escalda, aunque hoy solo presentaré los más extendidos:
Para tomar contacto, no está de más que empieces por paredes artificiales, es decir, en un rocódromo. Nos permitirá coger técnica y fuerza sin necesidad de subir grandes alturas.
La escalada deportiva se realiza en paredes naturales preparadas con anclajes cada ciertos metros, en los cuales el escalador se va asegurando con la cuerda que le une a su compañero que asegura. La altura de los tramos de escalada (vías) no suelen superar los 35 metros, aunque se pueden encadenar varias vías, ganando así mucha altura.
En cambio, en la escalada clásica las paredes no están equipadas, por lo que el escalador debe llevar consigo instrumental de autoasegurado como friends, figureros o empotrados.
En escalada sin cuerda encontramos el boulder o bloque. En esta modalidad el escalador no sube demasiado, pero el recorrido breve pero intenso, le supone una gran potencia física. Para asegurarse la caída, esta escalada se debe acompañar de una colchoneta llamada crash pad y un compañero que atento de la caída.