La absorción del oxígeno en los pulmones, es signo de vida, pero… ¿sabemos respirar correctamente?
Esta acción es fundamental para nuestro organismo, la transmisión del oxígeno a uno de los órganos vitales es importantísimo para encontrarnos sanos y fuertes en nuestro día a día.
Para llenar bien nuestros pulmones, antes hay que saber vaciarlos, no solo es necesario inspirar bien el oxígeno, sino también el saber expulsarlo. Una acción complementa la otra, la espiración es clave para que la inspiración también lo sea.
La respiración adecuada y completa se ha de hacer con una espiración lenta, relajada, tranquila… hemos de dejarnos llevar por los pulmones a la hora de espirar, expulsando hasta el máximo el aire que se encuentra en ellos.
Cuando espiramos debemos hacerlo lenta y silenciosamente, tomando ayuda de los músculos del abdomen, contrayéndolo levemente, para con ello, expulsar todo el posible aire viciado que queda.
Cuando más profundamente hagamos la espiración, más aire puro entrará después en la inspiración.
La clave es la lentitud, la profundidad, el relax y el silencio.
Cuando vayamos a hacer la función de inspirar, nuestro diafragma hará la acción contraria, se moverá hacia abajo para que nuestros pulmones tengan sitio en el tórax y éstos se expandan para llenarse de oxígeno.
Esta acción se hace igualmente como la anterior, lenta, profunda, relajada, silenciosa…
La respiración es la clave para sentirnos bien. Cuando realizamos algún deporte, esta debe ir al compás, pues si no es así, aparecerá la fatiga y la poca resistencia física. Cuando deseamos relajarnos, lo haremos pausadamente para que nuestro organismo ralentice las pulsaciones y regule el ritmo cardíaco.