La frotación con un paño mojado es una costumbre sencilla y gratificante. Se trata de una práctica para fortalecer y recuperar la tonicidad vital del cuerpo.
Esta sencilla costumbre aumenta el estímulo corporal, la tensión arterial, la euforia y la resistencia al frío. También mejora el metabolismo de la piel y la rejuvenece.
Para realizarlo, humedezca un paño de algodón o una toalla pequeña en agua fría y se la escurre. Frote las extremidades de su cuerpo, primero la parte externa y luego la interna. Comience por los brazos, siga por el cuello, tórax y abdomen, espalda, y termine por las piernas, glúteos y planta de los pies.
Disfrute de este momento en un ambiente cálido y con el cuerpo caliente.
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