El mundo de la fama, consta por ser modelo, bailarina, actriz… algo que les hace como obligación vivir de su imagen, conservar su cuerpo hasta el extremo para mantener el éxito y a veces, esta consecuencia, llega al extremo de la obsesión. Esas mujeres que tan deseosas se convierten, solo lo son por fuera, sin embargo, por dentro están hambrientas de comida.
El reflejo de estas mujeres, se convierte en el de jóvenes y mujeres que desean ser como ellas, llegando al extremo de no querer comer, entonces es cuando llega la temida anorexia.
El concepto ideal de la belleza actual en Occidente ha cambiado en el último siglo, se ha pasado de las mujeres rollizas que mostraban salud, éxito y riqueza, a la extremada delgadez de cuerpos esqueléticos que representa lo mismo. El estar delgado en el mundo actual, representa signo de felicidad y belleza.
En las agencias de modelos, el bajo peso, es prueba indispensable para poder entrar en ellas. Las modelos con curvas no tienen cabida en este mundo tan cruel para la salud y el organismo. Para llegar a cumplir el sueño de la pasarela, se ha de perder mucho peso.
Un ejemplo asombrante, fue la modelo argentina Chloé Bello, pues con unas medidas de 1,80 m y un peso de 55 kg, fue rechazada por todas las agencias de modas francesas por resultar demasiado gorda.
Afortunadamente, gobiernos y municipios, se han tomado este tema muy en serio, por ejemplo tenemos el Gobierno Regional de Madrid, el cual, exigía pesar a las modelos antes de que se desfilara en la pasarela Cibeles para poder permitir los desfiles.
Fuente: 20 minutos