Bultos o lunares sospechosos, cambios en la tonalidad de la piel… señales silenciosas que pueden llegar a ser síntomas del cáncer de mama, esa enfermedad tan terrible que afecta a millones de mujeres.
El cáncer, ha existido, desde que existe la humanidad, lo demuestra unos escritos egipcios (papiros Smith y Evers), en ellos, se describen varios casos con los mismos síntomas y consecuencias del cáncer.
En el siglo XVII, se realizó la primera operación de cáncer de mama. Fue realizada por Jean Louis Petit y Benjamin Bell. Estos, extrajeron los nódulos linfáticos del seno a través de cirugía, removiendo el tejido mamario, hasta llegar al músculo pectoral. Se descubría así, que el cáncer se diseminaba por las vías linfáticas.
En el siglo XIX, se avanza todavía más, pues el médico norteamericano William Stewart Halsted, fue el primero en realizar una operación de este tipo, pero con medidas asépticas, extrayendo un tumor y áreas afectadas, reconocido hoy en día, como mastectomía.
Actualmente, se sabe, que el cáncer avanzado es de casi irremediable cura, pero se puede prevenir en un 90%, por ello, la insistencia de los médicos en las palpaciones mamarias que las mujeres deben efectuarse para su prevención.
Este cáncer, se produce por la superproducción de células mamarias, las cuales, se van convirtiendo en tumores y se diseminan a través de los conductos linfáticos a otros órganos, es entonces, cuando se produce la metástasis.
Las células, nacen, se reproducen y mueren, pero en estos casos, las células, tienen mutada su carga genética y se reproducen sin control. Este excedente de células, son los que se convierten en tumores.
Fuente: linea y forma