Curiosamente, en los últimos tiempos hemos mencionado en varios artículos cómo una de las claves para que la dieta que llevamos adelante sea buena, está en la variedad de los alimentos que consumimos. Por eso, es interesante citar lo mencionado recientemente por Colin Khoury, del Centro Internacional para la Agricultura Tropical, quien ha realizado una serie de investigaciones en este sentido.
En tal aspecto, el especialista indicó que una de las claves por las cuales nos alimentamos cada vez peor, está puesta en el hecho de que existe una “homogeneidad de los suministros mundiales de alimentos”. Incluso, se trata de una problemática mucho mayor a la que imaginamos, porque también pone en riesgo los sistemas internacionales de agricultura.
Alimentos muy repetidos
Entre aquellos alimentos que se encuentran entre los más consumidos, podemos mencionar algunos como por ejemplo el trigo, el maíz y la soja, que se suman a otros como la carne y los productos lácteos. Esto se debe a que la dieta de buena parte del mundo tiene que ver con estándares que se nos van imponiendo, y por eso, sin darnos cuenta, muta la forma en la que comemos, y lo que comemos.
Por otro lado, como decíamos, estamos en riesgo de que el cambio climático vuelva a modificar nuestra alimentación en función de los alimentos que más ganancias dejan a los grandes productos, como sucede con las pestes que asolan los campos. De hecho, es sencillo saber qué comen las personas en el mundo con sólo analizar los mercados de valores de los alimentos que se producen y comercializan.
Incluso, recientes estudios han demostrado que en los últimos 50 años, los seres humanos consumimos cada vez menos cantidad de alimentos, o mejor dicho, menos variedad de ellos. Aunque tanto entonces como ahora están el trigo, el arroz, el maíz y la papa, ha crecido hasta límites inimaginables el consumo de la soja, y los aceites de girasol y de palma.
