Uno de los momentos más importantes que tenemos para cuidar nuestra alimentación, es cuando nos encontramos realizando una rutina de entrenamiento especialmente dura. Esto tiene que ver no con que en otras épocas de la vida sea menos trascendental comer una cosa u otra, sino con que, muchas veces, las personas que suelen hacer un gran gasto energético en su entrenamiento, descuidan su alimentación por considerarla secundaria.
De hecho, consideremos en primera instancia que dentro del mundo del entrenamiento, los especialistas suelen decir que existen tres factores fundamentales para alcanzar el éxito: entrenamiento, descanso y alimentación. El problema es que el descanso llega seguro, por el cansancio que produce el mismo entrenamiento, pero la alimentación muchas veces queda descuidada.
En este sentido, cuando veas que entrenas realmente duro, pero que aún así no consigues los resultados esperados, deberás plantearte qué alimentos estás comiendo, y aunque te parezca un tema menor, verás como si cambias los alimentos por aquellos que te sean indicados, tu cuerpo comenzará a adquirir el volumen y la tonificación que estás buscando.
La respuesta, en los casos antes mencionados, está en una mala planificación dietética, la cual puedes modificar siempre que apuestes por los alimentos que son recomendados para el entrenamiento que realizas. De esta forma, si haces carrera continua, no deberás alimentarte igual que si haces maratón, porque en un caso necesitarás proteínas y en otros más frutas y verduras.
De este modo, si te concentras en el entrenamiento que llevas adelante, tienes que dedicarle el mismo tiempo a la planificación de la dieta que vas a seguir, ya que es la parte del éxito del entrenamiento que no se ve, y que muchas veces resulta incluso más importante, por ser la más olvidada.
