Cuatro genes implicados en la más común de las formas de diabetes, la tipo II, fueron identificados por un equipo internacional de científicos que empleó tecnologías de secuenciación del genoma humano. De acuerdo con los autores del estudio, el hallazgo abre perspectivas en términos de prevención y de terapias personalizadas.
La diabetes tipo II, una enfermedad en la que se acumulan niveles perjudiciales de azúcar en la sangre, afecta alrededor de 150 millones de personas en el mundo. Problemas coronarios, vasculares, oculares y hasta insuficiencias renales son algunas de las complicaciones graves que puede generar esta enfermedad progresiva.
En la diabetes tipo I, el páncreas no segrega la cantidad de insulina suficiente para promover el transporte y la entrada de la glucosa al interior de las células, y por consiguiente, no disminuye su nivel en la sangre.
En el caso de la diabetes Tipo II, también llamada diabetes no insulino dependiente, el páncreas segrega insulina, pero los tejidos no responden a la acción de esta hormona y se comportan como si no estuviera presente. Esta forma de diabetes es la más común, afecta al 90 por ciento de los diabéticos, y habitualmente a adultos mayores de 40 años con sobrepeso.
Si bien los especialistas saben que los factores genéticos desempeñan, junto con el estilo de vida, un papel importante en el desarrollo de la diabetes tipo II, pocos son los genes involucrados hasta ahora identificados.
Sin embargo, recientemente un equipo de científicos de Estados Unidos, Suecia y Finlandia detectó cuatro genes que predisponen a las personas a padecer ese trastorno. De acuerdo con los resultados del trabajo, publicados en la revista científica Science de junio, esos genes tienen los nombres de IGF2BP2, CDKAL1, CDKN2A y CDKN2B.
Según los investigadores, la identificación permite una mayor comprensión de los factores genéticos de la diabetes tipo II y abre el camino para determinar con mayor exactitud el modo en el que interactúan los genes y el estilo de vida, que incluye factores tales como la obesidad, una dieta pobre y falta de ejercicio, entre otros.
El equipo de expertos, de la Escuela Médica de Harvard, Estados Unidos, de la Universidad de Helsinki, Finlandia, de la Universidad de Lund, Suecia, y otros centros de investigación, identificó los cuatro genes involucrados en la enfermedad tras comparar el genoma de 2.300 voluntarios finlandeses, la mitad de los cuales padecía diabetes tipo II, mientras que la otra mitad tenía niveles normales de glucosa en la sangre.
Los investigadores podrán ahora orientarse a facilitar el diseño de drogas que tengan por blanco a los genes descubiertos, tanto para prevenir como para tratar la diabetes tipo II.
Muchas de los trastornos que tienen un componente genético son prevenibles o, al menos, pueden ser mejor tratados si se identifican los genes que intervienen en su origen. Aunque siempre debe tenerse presente que los genes por sí solos no son los causantes de las enfermedades, sino factores que interactúan con otros, como las condiciones de vida y el medio ambiente, para que estas se produzcan.
Leido en Agencia CyTA-Instituto Leloir