La cromoterapia es el tratamiento terapéutico mediante el uso del color en nuestro entorno. Está comprobadísimo que los colores a nuestro alrededor estimulan nuestros estados de ánimo y contribuyen a crear una sensación de bienestar, ayudándonos a encontrar nuestro propio equilibrio natural.
El uso de los colores puede servir tanto para estimular como para relajar, por eso es importante rodearnos de determinados colores para la realización de distintas tareas que requieren un mayor o menor grado de actividad o de energía.
El estudio de los colores y su influencia en nosotros, no sólo en nuestro estado, sino en nuestra salud, es una ciencia antigua que tiene en cuenta, por ejemplo, la medicina tradicional oriental. Sabemos que el color es el resultado de la incidencia de la luz sobre la materia y percepción por nuestros órganos. Técnicamente el la radiación electromagnética visible para el ojo humano.
La Teoría de la Cromoterapia explica cómo y por qué los diferentes colores activan diferentes procesos bioquímicos en nuestro cerebro, cada color tiene incluso incidencia sobre un órgano determinado. Hace años que centros como hospitales o centros de enseñanza, sobre todo infantiles, vienen aplicando la teoría del color para conseguir mejores resultados.
Todos los colores se crean a partir de tres colores primarios, amarillo cyan y magenta (lo que entenderíamos por amarillo, azul y rojo, pero con matices) que por si mismos hacen reaccionar nuestro cuerpo, hace siglos que se comprobó que el rojo, por ejemplo mejora la circulación, el azul actúa sobre la sangre y el amarillo ayuda a reducir la inflamación y el dolor. De estos tres colores primarios se crean seis básicos que se dividen en “clientes” y “frios”.
Para los occidentales, nuestro color preferido suele ser el azul, tiene efectos desestresantes, apaciguan los nervios, proporciona sensación de orden y sugiere verdad, nobleza, grandeza, generosidad y honradez. El amarillo se asocia a la algría, al dinamismo y a la sabiduría, el rojo a la pasión, la violencia, el calor y el peligro. De todos es sabido que el verde es un color relajante que proporciona equilibrio, siempre que no sea muy oscuro, el marrón es un color orgánico que se vincula a la tierra y a la estabilidad, mientras que el color más energético es el naranja, que estimula la creatividad y el entusiasmo.
Con todo esto hay que tener en cuenta que los colores no tienen únicamente una funcionalidad estética, o aplicados convenientemente una acción terapéutica. Dado que normalmente, la mayor parte de nuestro tiempo lo pasamos en entornos artificiales, todos deberíamos tener en cuenta los colores para favorecer el bienestar en el día a día.
Como siempre, las primeras en explorar las posibilidades han sido las grandes multinacionales, la pena es que principalmente lo han hecho para mejorar la productividad de los empleados.