Muchas veces, cuando entrenamos algún deporte sobre todo, veremos que nuestro preparador físico nos dice que corramos algunos segundos hacia atrás. Bien, ahora se sabe que la posibilidad de realizar recorridos, en distancias largas o cortas, pero siempre manteniéndonos en caminata hacia nuestras espaldas, mirando al frente, nos permite quemar una mayor cantidad de calorías que si avanzáramos hacia adelante.
De hecho, esto pudo saberse a través de la realización de una investigación exhaustiva, desarrollada por la revista “roceedings of the Royal Society B: Biological Sciences”, una de las más prestigiosas en la materia, en la que distintos especialistas italianos, han demostrado que, al correr hacia atrás, quemamos el doble de calorías, además de otros varios beneficios que tampoco se pueden dejar de tener en cuenta.
Lo primero que debemos tener en cuenta con respecto a esta situación, es que si bien correr marcha atrás consume más energía -un 30% más según los especialistas-, nos permite acceder a algunos elementos positivos, como por ejemplo la posibilidad de mejorar el equilibro, además de recuperarnos de lesiones con mayor facilidad que antes, sobre todo en el caso de aquellas que son comunes entre los deportistas.
Básicamente, la razón para entender estos beneficios mencionados de forma reciente, es que cuando corremos o caminamos hacia atrás, golpeamos más suave el suelo que si lo hacemos de frente, motivo por el cual el organismo tiene un impacto mucho menos importante que antes, o que en casos contrarios, algo que a la larga, nos beneficia, y más que nada cuando el entrenamiento es intensivo.
Además, los científicos han podido comprobar que las lesiones de rodilla son mínimas si corremos de esa manera, así que no sería sorprendente que en algún tiempo, los especialistas nos obliguen a realizar entrenamiento tanto corriendo hacia adelante como hacia atrás, algo que en su momento ya había recomendado la Universidad de Stellenbosch.