Cuando realizamos una rutina de entrenamiento, sobre todo cuando comenzamos a ponernos en forma luego de algún tiempo de sedentarismo, del mismo modo en el que sucede cuando nos encontramos en una meseta de actividad física, es muy común que el cuerpo se queje de ello mediante la aparición de diferentes dolores, entre los cuales uno de los más normales es el de la espalda.
En estos sentidos, si alguna vez has tenido dolor de espalda, seguramente sabrás que lo primero que te va a recomendar el médico, es que lleves a cabo un período de reposo, y que luego vuelvas a las actividades diarias lentamente. Sin embargo, algunos estudios han demostrado cómo se trata de una acción contraproducente en muchos de los casos.
Esto se debe especialmente a que comienzan a sucederse una serie de procesos sobre el cuerpo humano que resultan poco favorecedores, como por ejemplo el hecho de que disminuye el tono muscular, aumenta el riesgo de coágulos y baja el estado de ánimo del paciente. Por ello, se recomienda realizar reposo únicamente cuando el dolor aparece por períodos cortos, y es muy intenso.
De todos modos, la primer recomendación que debemos hacerte al respecto de los dolores en la espalda, tiene que ver con que consultes a tu especialista, para entonces saber concretamente cuál es el origen del dolor de espalda o lumbalgia. Incluso, si notas que el dolor sigue por la pierna, es recomendable que apuestes también por realizarte una magnética o escáner para ver si hay hernias.
Ahora bien, si el dolor es crónico, conviene que tengas en cuenta otro elemento muy importante, y es que se debe reforzar, de la forma en la que el médico de cabecera lo considere correspondiente, el corsé muscular que sostiene la columna, para evitar que los problemas se sucedan, y se agraven, con el tiempo.