Si eres de las personas a las que les agrada salir a caminar para sentirse mejor con su cuerpo, seguramente entonces, te hayas dado cuenta, al cabo de un tiempo, que estás en condiciones de apurar un poco el ritmo. Sin embargo, uno de los mayores problemas que tienen quienes realizan este tipo de práctica, es que no saben cómo controlar la intensidad de entrenamiento que mantienen.
Por este motivo, no podemos dejar de recomendarte que siempre que apuestes a las caminatas para cambiar tu estilo de vida, lo hagas de modo que consideres una serie de consejos que te traemos, y que te permitirán no sólo sacar mayor provecho del tiempo que dedicas a este entrenamiento, sino también evitar lesiones, entre otras ventajas muy interesantes.
Lo primero que debes considerar, entonces, es que si quieres poder salir del sedentarismo, y comenzar una rutina de entrenamiento mediante largas caminatas, debes mantenerte siempre dentro de lo que se denomina un “trote social”, es decir, aquel que nos permite poder mantener una charla sin que estemos lo suficientemente agitados como para ahogarnos y no poder contestar a nuestro interlocutor.
Una buena técnica para, a partir de ello, aumentar la exigencia que ponemos sobre nuestro cuerpo, tiene que ver en tanto con ir intercalando un minuto de caminata por uno de trote, o también cinco y cinco, o diez y diez, de modo que el cuerpo pueda terminar de amoldarse a los descansos que existen entre períodos de exigencia, y así puedas aumentar el tiempo de entrenamiento, antes de cerrar con media hora de trote continuo.
Luego de ello, si llevas adelante rutinas de aproximadamente media hora, puedes estirarla hasta los 45 minutos más o menos, de modo que le saques mayor provecho. De todos modos, es bueno que vayas aumentando, cada semana unos cinco minutos, para al cabo de un mes llegar a ese ritmo igual, pero más prolongado en el tiempo.