La berenjena es una hortaliza muy versátil y combina muy bien con numerosos alimentos. Se la puede cocinar guisada, rellena (de carne, pescado, verduras), al horno, rebozada, frita, a la brasa, asada a la parrilla, hervida, al vapor, gratinada, en cremas o purés, pero siempre cocida. De esta manera, el calor del cocinado elimina los alcaloides tóxicos que contiene la berenjena en forma natural.