Pistachos, anacardos, cacahuetes, nueces…
Los frutos secos, alimento base desde hace miles de años, tienen una importancia muy relevante en la dieta mediterránea; que es, la más equilibrada y sana.
Mucha gente se piensa que no son aconsejables porque tienen grasas, pero la verdad, es que esas grasas no son malas. Las grasas que contienen los frutos secos se adaptan de forma ideal a los requisitos del organismo, ya que su contenido en ácidos grasos saturados es muy bajo, mientras que el de ácidos grasos insaturados es muy alto.
Tienen antioxidantes y un sin fin de vitaminas. Las nueces están muy aconsejadas para controlar el colesterol y además tienen más proteínas que cualquier alimento vegetal.
La fibra vegetal, uno de los nutrientes más saludables para nosotros, existe en los frutos secos en un nivel altísimo y por lo tanto, desayunar con ellos es la forma ideal de regular el movimiento intestinal.
En resumen; no os creáis quengordan, no os creáis que no alimentan. Son un aporte energético muy bueno y un alimento muy muy saludable.
Tenéis más información en: Dieta mediterránea.