En la actualidad varios alimentos y nutrientes están involucrados en la prevención y tratamiento de la osteoporosis. El huevo es uno de ellos, gracias a su alto contenido de carotenoides luteína y zeaxantina.
El cuerpo asimila mejor los carotenoides que se acompañan de grasas, y la luteína y zeaxantina se acompañan del colesterol y fosfolípidos presentes en la yema del huevo.
Los carotenoides son potentes antioxidantes que neutralizan el efecto de sustancias tóxicas (radicales libres) como puede ser el humo de autos y cigarrillos.
El huevo ayudará a reducir el efecto oxidante de los radicales libres sobre el esqueleto.
La Dra. Sofía Arriarán Germán-Palacios, nutricionista del Instituto Latinoamericano del Huevo, ha enumerado algunas de las principales funciones:
- Regulación del crecimiento de las células óseas.
- Estimulación de sustancias que impiden la pérdida de calcio en los huesos, impidiéndose la disminución de la densidad y la característica porosa en riesgo de sufrir osteoporosis.
- Fortalecimiento de la actividad de la vitamina D, un nutriente esencial para la salud de los huesos, al incrementar la absorción de calcio por parte de los intestinos y preservar el porcentaje de calcio de los huesos.