- La presión sanguínea desciende.
- Disminuye el pulso y la temperatura corporal.
- La respiración se hace más lenta.
- Aumenta la circulación digestiva y el tracto digestivo se activa.
- Se relajan los músculos y el nivel metabólico cae en un 20 por ciento.
A medida que el sueño se hace más profundo, el cerebro responde cada vez menos a los estímulos externos.