Red Bull, Monster y Burn son las marcas de bebidas energéticas más conocidas. Cuando me vienen a la cabeza estas palabras la primera connotación es negativa, de respeto hacia ellas; todos conocemos algunos de los efectos nocivos que tienen, incluso el hecho de saber que en ciertos países se ha regulado su consumo, prohibiéndolo a menores, hace que aún las tengamos más respeto. Sin embargo, la mayoría de nosotros hemos recurrido a ellas en época de exámenes o cuando se está muy cansado, como impulso o fuente de energía.
Por eso mismo, el blog de hoy lo vamos a dedicar a dar a conocer la mayoría de los efectos que tiene consumir este tipo de bebidas, tanto buenos como malos.
Los ingredientes que las componen son la cafeína, azúcar, extractos vegetales, taurina, saborizante y colorante artificial, minerales y vitaminas.
Pues bien en primer lugar desmentir el bulo de que la taurina es semen de toro, realmente se trata de un aminoácido que se encuentra en carnes, pescados o la leche materna. La función de este componente es la de mejorar las funciones neurológicas, aumentar el rendimiento físico, así como equilibrar los niveles de agua y sales minerales en sangre.
Además, las bebidas energéticas tienen un alto nivel de vitaminas, en especial, la B, caracterizada por producir energía y regular las funciones del sistema nervioso, facilitar los procesos de crecimiento, mejorar la función muscular, mantener la salud de tu piel, y controlan el colesterol y los niveles de triglicéridos.
Por tanto, a primera vista, cuando se le esto, puedes creer que realmente no es tan malo como parece. Sin embargo, todo tiene su otro lado de la moneda, y en este caso los inconvenientes superan con creces los beneficios.
El consumir este tipo de bebidas provoca problemas cardíacos, y más cuando se juntan con alcohol; a largo plazo pueden dar lugar a un aumento de peso, ya que es una bomba calórica, con los altos niveles de azúcar que posee; puede dañar el sistema nervioso dando lugar a temblores o espasmos; en ciertos casos supone una sobrecarga hormonal; y por último, el uso diario de éstas puede dar lugar a un hábito adictivo.
Tras conocer los pros y contras, la respuesta a la pregunta es que realmente no todo son inconvenientes, pero personalmente recomiendo que este tipo de bebidas hay que consumirlas con moderación y esporádicamente para evitar efectos secundarios. Hay que ser conscientes de los perjuicios que tienen, y no debemos incluirlas en ninguna dieta, ni como una costumbre por ejemplo antes de ir al gimnasio o de entrar a un examen. Lo único que conseguiremos a la larga , será mucho más daño a nuestro organismo.