El sudor no tiene demasiado olor, pero si permanece en la piel algunas horas, la actividad bacteriana reacciona con ese líquido y produce el mal olor.
Las glándulas apocrinas fabrican una secreción importante de proteínas que al ponerse en contacto con la flora bacteriana genera el olor desagradable, llamado también bromhidrosis.
El sudor puede descartar materiales odoríferos, ingeridos vía oral como el ajo, la cebolla, ciertas drogas y medicamentos y el alcohol.
Para disminuir la bromhidrosis hay que utilizar preparados que contengan antibacterianos o antimicóticos.
Una persona que transpira en forma excesiva no necesariamente tiene que despedir mal olor. Existe también la posibilidad de encontrar individuos que tienen un incremento excesivo de sudor. En estos casos el problema se denomina hiperhidrosis y puede ser muy difícil de solucionar. Se observa en las palmas de la mano, plantas y axilas, de personas con inestabilidad vasomotora y emocional.
En la mayoría de los casos se recurre a compuestos para tapar algunas salidas de las glándulas.