Si no utiliza el jabón adecuado para su tipo de piel, esto puede perjudicar su rostro y el cuerpo.
Cada producto tiene una fórmula diferente, que puede ser o no la ideal para su particular química cutánea.
La próxima vez que salga de compras, tenga en cuentas estas recomendaciones aportadas por dermatólogos:
- Piel normal: para hidratar la piel sin aumentar su grasitud, utilice jabones hidratantes en pan, sobre todo los que en su formulación utilizan miel.
- Piel seca: para este tipo de piel, los jabones líquidos son los ideales, porque contienen sustancias que dejan la piel suave. Se recomienda los que contienen avena o rosa mosqueta.
- Piel grasa: los jabones en gel con hammamelis tienen acción refrescante y astringente.
- Piel mixta: los jabones líquidos son una buena opción para controlar la grasitud porque no tienen óleos y además evitan que la piel se reseque y se escame.