Uno de los tipos de enfermedades que más pasan desapercibidas en todo el mundo son aquellas directamente relacionadas con los alimentos. Por ejemplo, miles de personas en el planeta sufren lo que se llama alimentación emocional, pero como no conocen sus síntomas, no pueden hacer nada para detectarla en ellas mismas ni en sus seres cercanos, y mucho menos para eliminarla.
Una de las claves para darnos cuenta de que podemos llegar a estar sufriendo la denominada alimentación emocional, tiene que ver directamente con que podemos llegar a comer, en muchos momentos del día, de forma inconsciente. Para solucionar este problema, debemos concentrarnos en los alimentos que consumimos, ya que así podremos afectar a otras áreas como nuestra psicología y demás.
De la misma manera, puedes darte cuenta de que estás sufriendo un desorden de este tipo, cuando te das cuenta de que uno de los pocos placeres que tienes a lo largo del día, o en la vida en general, se encuentra relacionado con la comida. El caso es que muchas personas, y puede que te haya pasado, tiene los clásicos atracones cuando tienen tiempo libre.
Además, la alimentación emocional suele darse también en las personas que tienen una capacidad bastante poco desarrollada para tolerar las emociones negativas que tengan en el día a día. Ocultar estas emociones desfavorables a sus intereses es una buena forma de superar estos problemas tan comunes.
Tener un problema fisiológico es otro de los síntomas que pueden producirse en este tipo de situaciones. En concreto, si estamos cansados y no tenemos un horario fijo de comidas podemos llegar a caer en este desorden. Allí se produce lo que algunos incluso han denominado la “sobre-alimentación emocional”.
Finalmente, si escuchas de alguien que odie su cuerpo, también deberás estar atento a la relación que establece con la comida, ya que probablemente tenga problemas en este aspecto.