Esto es lo que conseguiremos:
1. UN TRABAJO PERSONALIZADO.
El entrenador nos marcará la intensidad, variedad y técnica más adecuada a sus necesidades.
2. UNA MOTIVACIÓN PERMANENTE. El entrenador ayuda a ver el progreso y establecer pequeñas metas que animen a seguir adelante y así tener una motivación que estimula el hecho de ser constante
3. APRENDER A SUPERAR BARRERAS. La compañía de un entrenador facilita el compromiso, no sólo por el hecho de hacer explícitos nuestros objetivos, sino para tener un punto de vista externo sobre las barreras que se interponen entre nosotros y nuestro objetivo.
4. APOYO EMOCIONAL. Muchas veces el entrenador acaba convirtiéndose en un asesor que no sólo nos ayuda a nivel físico, sino que hace de la sesión un momento más ameno.
5. CONCRETAR EL OBJETIVO. Quizás tenemos claro qué queremos conseguir con el entrenamiento, pero el entrenador nos aconsejará y sabrá ver qué necesitamos realmente y cómo llegar.
6. ENTRENAMIENTO CONTROLADO. Tener un entrenador personal nos permite disfrutar de un control constante, porque trabajamos de manera equilibrada la resistencia, la fuerza y la flexibilidad, disfrutando del ejercicio de una manera saludable.
7. RENTABILIZAR EL TIEMPO. El trabajo supervisado con el entrenador facilita mantener los niveles de intensidad durante nuestra visita al gimnasio, aprovechando el poco tiempo de que disponemos hoy en día.
8. APRENDER DE UN BUEN MODELO. En cada sesión podremos aprender gradualmente las técnicas correctas, incrementar nuestro nivel y mejorar nuestros hábitos de vida y de salud.
9. EVITAR LESIONES. El entrenador resulta fundamental para evitar lesiones durante el entrenamiento, y aún más en casos de rehabilitación, dolores de espalda…
10. DIVERSIÓN Y VARIEDAD. El entrenador sabrá ver cuando necesitamos un cambio de actividad para que no nos aburrimos y nos propondrá nuevos ejercicios que mantengan nuestra atención y motivación.
Fuente: mens health